CUATA

Miro
otro
silencio
de
noche
el
oro
es
plata
plata
muda
el
silencio
de
oro
de
mi
alma




El cuerpo nos delimita y nos representa; por eso nos expresamos a través de él, nos da forma y a su vez, lo formamos, lo vestimos y lo adornamos de acuerdo a nuestra personalidad y
a lo que nos identifica. Es por eso que las joyas son parte importante para las personas, desde el principio de los tiempos, porque siempre han sido una forma de expresión humana, ya sea, en forma de objeto artístico, amuleto, fetiche, tótem o como simples accesorios que hablan de nuestra personalidad; de quienes somos y qué nos gusta.

El oficio de la orfebrería tiene su origen en alquimia,
antigua práctica y disciplina filosófica que combinaba elementos de la química, la metalurgia, la física, el misticismo y el arte.
Los alquimistas debían transmutar su propia alma antes de transformar los metales, purificarse y preparase.
“Nuestro trabajo con los metales nos ha llevado a hacer del oficio un arte en el que la observación y la experimentación se manifiestan con devoción, en un ritual que demanda la entrega del espíritu”.

El cambio y la transformación constante; el crecimiento, el desarrollo interminable de nuestro oficio, que busca hacer hablar los materiales su propio lenguaje, en comunión con el nuestro, es una constante en nuestro trabajo.
Trabajamos con los metales, las piedras, la madera, el hueso, el cuerno y el cuero por que poseen una naturaleza genuina, tienen la posibilidad de transformarse sin cambiar su esencia; buscamos destacar sus cualidades y expresar el valor intrínseco de su antigüedad en el planeta.